Sin tregua



Y allí empezó sin tregua la amarga despedida
de abismos intrigantes, quebranto y confusión,
vertió el ayer callado su lágrima escondida
tratando desde el alma sanar tanta obsesión.

Silencio aquilatado consterna estrepitoso,
visiones y espejismos esculpen el dolor,
 estalla lastimero tan frágil y angustioso
buscando en otro cielo la euforia del amor.

Impetra sofocante mi verso al embustero,
implora vehemente que cese el desamor
e inspira el fiel testigo crucial del escudero
que estrumpe con su adarga venciendo el estupor.

Atávico un anhelo genuino desde el alma
libera su atadura y enfrenta el desafío.
Quizás con el denuedo vital llegue la calma 
que anulen oquedades nefastas del hastío.









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