En el instante exacto.





Si el tiempo del ocaso me llega reservado,
en el instante exacto de amar las primaveras,
no habrá yermo desierto sin alas de quimeras,
ni estéril argumento de un sueño confinado.



Crepúsculo infecundo del iris refugiado,
en el umbral  celeste de túrbidas higueras
y el trino de sinsontes y alondras lisonjeras:
serán la sinfonía del beso conspirado.


Mientras, mi corazón recibe la advertencia
cuando el tiempo impetuoso y arúspice de enigmas,
 augura en su delirio la lírica elocuencia.


Y vive en el ocaso el numen consagrado,
dilectas son las huellas que dejan sus estigmas,
cual pléyade de azares que el tiempo ha reservado.



¡En el instante exacto: preludio del ocaso!

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